domingo, 26 de febrero de 2012

EL CARNAVAL EN IXTACUIXTLA TLAXCALA

 DANIEL ZARATE GARCIA                                                                                               FEBRERO 2012
lotodzg@starmedia.com

Nadie sabe  los orígenes del singular  Carnaval de Diablos en nuestra comunidad, (por relatos de mi abuela)  seguramente esta fiesta en un principio fueron muy parecidas a las que se presentan en Huejotzingo (los Moros y Cristianos), sin embargo al mermar la población  a inicios del siglo pasado por efecto de la epidemia de la gripe y de la hambruna que generaron las luchas internas en el país, la población se convirtió indiferente a tal festejo, pues no había nada que festejar.

Sin embargo a mediados del siglo anterior  un grupo de personas, al momento se desconoce su identidad, inicio un movimiento festivo, el cual retomo nuevos elementos para estas fiestas de la comunidad, ya no requeríamos burlarnos de los españoles, ya no requeríamos imitar sus valses, lo que nos quedaba era  liberar al “pingo” Interior, liberar los instintos de un año bajo los mismos sufrimientos y las misma miseria. Era la justa oportunidad de regresar al opresor, al hacendado, al gobernante, las angustias  con las que nos arremetieron, entonces retomábamos  la imagen simbólica de estos opresores, “El  Diablo” , que nos permitía liberarnos, liberar a nuestros opresores  y juntos llegar a un clímax de paz  en la antesala de la Semana  Santa.

Desde ese tiempo en las calles de la comunidad durante las festividades del carnaval, se plagan de personajes disfrazados con mascaras de trapo rojas, negras y blancas  que plasman la imagen pintoresca del diablo,  con cuernos largos ojos saltones y barbilla,  que se acompañan de atuendos rojos totales o parciales para terminar de representarlo. Un elemento de importancia sin duda es el chicote  (Látigo hecho a base de texturas naturales o sintéticas que varía en tamaño de 1 a 3 mts. y groso) con el cual  al esgrimirlo  de manera serpenteada  se genera un ruido impactante y ensordecedor, la idea de generar mayor impacto a la experiencia del espectador, y como complemento total de un personaje opresor (instrumento de poder  y castigo de los capataces a los trabajadores), un ultimo elemento consiste en modificar las voz a un tono mas agudo la idea es pasar desapercibido para lograr hacerles travesuras a tus conocidos sin repercusiones futuras.


Unas noches previas al miércoles de ceniza, los “Pingos” salen desde sus casa y se concentran por colonias, en camadas (grupos) de hasta 30 personas, los cuales lo conforman  niños de 10 años hasta personas adultas,  por las calles van haciendo bromas a la gente y también les bailan, van blandiendo su chicote que genera temor a muchas personas (una tía con mas de 40 años aun les tiene miedo y no los sale a ver), dichas camadas se dirigen al auditorio municipal, donde los espera un grupo música, una pista de baile y numerosos espectadores, cada camada  hace una entrada triunfal al recinto, le dan una vuelta al mismo y después se van concentrando en la parte central de la pista esperando  el baile central “La roña”.





A diferencia de los municipios del norte de Tlaxcala, en Ixtacuixtla las camadas de “Diablos” no cuentan con un baile en conjunto y sincrónico,  en su lugar representan un  baile alegórico emulando un baile infernal “La roña”. Después de la llegada de todas las camadas y su justa presentación en el recinto del Carnaval, el grupo musical anuncia el inicio de “La roña” por categorías infantil,  jóvenes y adultos.






Todas las camadas dejan libre alrededor de la pista un corredor, cual pista de carrera de caballos,  en dicho lugar se disponen la categoría  a participar,  el grupo musical toca una melodía rítmica, alegre muy parece a las cuadrillas (considero que el único elemento que comparte con los otros carnavales de  municipios como  Contla o Totolac),  el ritmo te invita a mover todo el cuerpo y da pie a que los participantes comiencen a correr en un solo sentido, el objetivo inicial era hacer que cada uno de tus oponentes callera, por  medio de hacerlos tropezar por cualquier método, metida de pie, zancadillas y  empujones, situación que para el espectador era muy divertida pero peligrosa, por lo que desde hace una década  solo se brincan, para esto de manera alternada un diablo se pone el cuclillas, o agachado y los demás lo saltan utilizándolo como apoyo,  la melodía dura aproximadamente  de 3 a 5 min y después dan paso a cada una de las  categorías; La noche continua con el concurso de tonada de chicote, las reglas son simples, cada participante tiene tres opciones frente a toda la multitud de generar el ruido mas fuerte con su chicote, los espectadores por medio de aplausos eligen al ganador.




La noche termina con la premiación del mejor disfraz en las categorías de diablo, chicas (hombres vestidos de mujer), monstruos, y la mejor camada, después la gente  se dispersa, algunos se quedan al baile que otorga el mismo grupo musical, otros  disfrutan el sin fin de antojitos mexicanos y muchos se van esperando regresar al siguiente año a disfrutar de singular tradición.